16.8.23

Duna

Memoria

pensamientos y emociones

se funden.  

Llegamos a desarmar las palabras para comprometernos con los hechos
 y experimentar en el cambio físico y psíquico la pena; 
como todos los demás, 
pero que solo encontramos igual en nosotros. 
Luego el quiebre,
 olvidando todo lo que descubrimos
 y así volver a caer en la misma tonta idea: las expectativas. 
Al preguntar o al responder,
 lo malo es lo que uno espera de dichas acciones 
-Condenados a la condición- 
La pregunta y la respuesta siempre deben ser por curiosidad,
 de la mano, sin capricho.
Es eso, ¡las expectativas!, las maldigo tanto.
Pensemos que las cosas materiales son cosas que se diluyen
y que los sueños nos recuerdan que no se debe entregar calidez
a quien no se reconoce frente al espejo.
cedamos el paso a lo más sutil que se puede hacer hoy:
 Sentir sólo lo esencial
y dejarlo ir.
 Intentar llegar al centro mismo del silencio,
 redescubrirse en silencio. 
Ser en/el silencio. 

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