Caímos. Vos te levantaste primero, fué un salto tan ligero que llegué a creer que en realidad flotabas, y me ofreciste la mano a la cual me aferré para poder incorporarme; -¿y ahora?, gritaste. Por supuesto que seguimos caminando a la par, pero prefiero que no lo hagamos tomados de las manos, dije.
"Vamos amor, Continuemos cavando nuestra fosa común", pensamos.
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