10.7.12

La realidad sí, lo real no.

Pasamos una agradable mañana, llena de frío y tratando de disimular el agua nieve que se acumulaba en nuestras narices, hasta que por fin estallamos en una risa demasiado cómplice y así, de la risa, nacieron aquellos insignificantes seres que volaron directo de nuestras narices a las profundidades de nuestras cabezas. Ahora viven allí entre toda esa maleza, sus mundos son de una inconstancia absoluta y un peligro tal, que no sabemos cómo sobreviven, pero lo hacen, cambiando todo el tiempo. Sufren un poco, pero su realidad es esa, la aceptan. Se pueden ver sólo cuando nosotros nos vemos. Y si nos besamos, con suerte, pueden tener contacto físico; el ser de tu cabeza es parecido a mi persona y el ser que habita en la mía, a vos. Y si nos odiamos, ellos se aman infinitamente. Y si nos amamos, bueno, eso nunca pasa. Y cada vez que nos reímos mueren y vuelven a nacer, sobre todo cuando la mañana es agradable, llena de frío y agua nieve que se acumula en ciertas narices de las cuales seres insignificantes hacen realidad lo que nunca será real.

No hay comentarios.:

Algunas otras cosas: