25.3.10

Hablar de más, uno a veces habla de más.. La soledad vino hacia mi de repente, sé que la estuve llamando (a gritos), entonces acudió, se plantó frente a mi y me mostró toda su verdad. Las respuestas siempre llegan después o ¿acaso es cierto cada vez que deseamos la soledad o dejar de sufrir? (ojalá nunca conozcamos el verdadero sufrimiento, porque no tenemos la más puta idea de lo que es sufrir realmente). Pero no quiero hablar del sufrimiento, porque si de sufrir se trata: hablamos entonces de las heridas, de las cicatrices y yo no quiero hablar de eso. Por el contrario quiero hablar de ese interrogante que frecuenta últimamente mi cabeza.. Es sólo que ahora no estoy tan segura ¿realmente quiero estar sola? por un lado supongo que sí. Pero lo que se plantea ahora es si sé lidiar con ello. Pienso y pienso: creo que son momentos. Estoy bien asi como estoy, todavía me falta muchísimo por saber. Los límites los marcamos nosotros mismos, nos imponemos a ellos, pero solemos engañarnos, y vos los sabés muy bien.
Por ejemplo el otro día, el miércoles pasado cuando fuí a ver a Charly, tuve uno de esos momentos, resulta que en frente mío había una pareja (marido y mujer) y sus dos hijos. Era genial verlos, esa pasión que los unía y que incrementó aún más cuando la canción marcó el momento crucial del eterno beso que se dieron "y las motos fueron a mil y sólo el viento les hizo sentir, nada más, NADA MÁS. Y si vos pudieras olvidar tu mente frente a mí sé que tu corazón diría que sí"... Fué eso, yo me quedé embelesada mirandolos, ansiando aunque sea el tener a alguien que me sostenga la mano, simple como eso. Es ahí, justo ahí cuando me cuestiono todo este asunto, pero de a poco estoy aprendiendo. Es que somos dos inevitables, mi alianza con la soledad.

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