13.4.24

Elasticidad.

Dejé abierta la ventana
y el silencio entró
imperioso
hasta recostarse sobre la cama
donde el cuerpo que yace es sólo mío.
Mi cuerpo,
un ejemplo que se desdobla
de mis partes blandas y mis partes más duras
y la imposición de aferrar la piel contra un borde
de engrampar a toda costa la piel aunque
la elasticidad no dé, y se rompa.
El otro ejemplo es un enigma,
como la pausa que me das
¿Lo envuelvo y lo tiro
ó
me quedo inmóvil,
flotando inconclusa
como un objeto perdido?
Cierro la ventana.
Me quedo dormida,
 los gatos suben a la cama
acurrucándose a ese cuerpo
que (creo) quieren.
y soñamos.

9.3.24

Precipitaciones aisladas

 En la espera de las buenas respuestas
lo evidente se esfuma.
¿Soñaste alguna vez que vaciabas tus entrañas
y a la mañana siguiente rellenabas los huecos?
Es inútil mentir:
desencanto de una lluvia fugaz
que finge un rato,
luego sale el sol
arruinándolo todo.
En la espera de una buena respuesta sucede lo extraño,
un ruido metálico.
¿El metal me entrega la dureza o la espera?
Es curioso, en el río, las piedras conversan civilizadamente,
emitiendo un sonido placentero y arrullador.
En la espera los deseos se entrelazan,
indudablemente.
Y en cada rincón de tu casa,
nosotros también.

¿La dureza o la espera?

29.1.24

Definir sin ejemplos.

 El diálogo íntimo es un hallazgo.
En lo íntimo nace lo esencial.
En lo íntimo
soy yo
frente al espejo
en la quietud de la espera
en la libertad de ser.
Ser un río indómito que serpentea.
En mi soledad hay eco propio
y en el silencio dejo de esperar.
En cada suspiro que despliego
dejo atrás el peso de aguantar cualquier cosa.
Y en esa liviandad lo sensible es un regalo.
El tacto se convierte en un lenguaje,
en un recuerdo,
y cada roce,
en delicadeza y ansiedad.

14.1.24

Un escenario donde el silencio responde.

La ciudad se sumerge 
en cada rincón en cada esquina
en el tejido de la realidad diaria
un tejido de deseos guardados.
Flotando en el aire cálido y en la quietud de la noche,
Se teje una red, y no decimos nada.
Soy buena en el silencio, ¿sabías?
Soy un huésped sigiloso.
Ahora las palabras flotan también,
¿La ausencia de las palabras podría transformar este silencio
en un paisaje de deseo y anhelo contenido?
Cedamos nuestro lugar a quien soporte. 
La trama es eterna:
entre suspiros y risas distantes.
un poema de mierda,
en la penumbra,
enredado.
Mudo.

11.1.24

11

En verano: intento y fracaso.
Intento alguna perspicacia
que me ilumine tus intenciones
y fracaso de manera especial,
alejándome del borde
donde la estrategia es empujarme.
En verano evitar el roce,
la mirada, el calor,
es zumo vital.
Pero sin querer,
la cuerda no afloja
y tira del pasado
y tira de ese cuerpo ajeno.
Las manos,
         la boca,
               la sonrisa
               sobre todo
en complicidad con los ojos
                           me hechiza.
Otra vez,
intentando
alguna
 perspicacia
que ilumine
(esta vez)
  mis
 intenciones.

8.1.24

Lejos de casa la ternura es una maldición.

 Ya van casi tres estaciones lejos de casa. 
Lejos, cada vez más lejos.
¿Ó es posible un sueño compartido, 
sin precedente, sin futuro?

Lejos de casa y en otro barrio:
devuelta en partes, 
que hacen retroceder o avanzar,
un acto en forma de obsequio.

Cierro y abro los ojos, la puerta.
No mucho, casi nada. No hay nadie.
Lejos de casa para siempre.
siempre es dudoso.

15.12.23

La perspectiva que dan los días de lluvia

Reflexiones sobre la continuidad,
el encanto y la soledad.
Un recuerdo sin fecha
sin ejemplos.
Descubrir tu cabello en el silencio de la almohada
que se hunde en el pensamiento.
Pensamiento inmediato:
La indiferencia.
Correr de ahí.

16.11.23

Distinto al hambre

A veces queda algo en el fondo

que hay que raspar.

Para dar ó para recibir.

Y no está mal

no son sobras.

Se está raspando lo que es

Se raspa la última parte del todo.

Pienso que puede ser interesante,

extinguirse en el fuego

ó resistir en el bosque embrujado que arde.

Algunas otras cosas: