Ya van casi tres estaciones lejos de casa.
Lejos, cada vez más lejos.
¿Ó es posible un sueño compartido,
sin precedente, sin futuro?
Lejos de casa y en otro barrio:
devuelta en partes,
que hacen retroceder o avanzar,
un acto en forma de obsequio.
Cierro y abro los ojos, la puerta.
No mucho, casi nada. No hay nadie.
Lejos de casa para siempre.
Y siempre es dudoso.
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