Hoy está soleado, es viernes y el invierno sigue siendo un misterio (por lo menos hace frío y el sol me acaricia). El pasto verde, ella recostada sobre el banco, no para de hablar, zapas Nike y medias rosas. ¿El resto que verá en mi al pasar? me intriga. Vine al parque a leer un libro que me prestaron y en una parte decía algo así como hacer la metamorfosis de la mariposa pero al revés: terminar arrastrándose como un gusano, eso me hizo reír, yo estuve así hace un par de semanas cuando caí enferma, lo importante es que luego volví a ser mariposa.
No hay mensaje, no hay invitación. No hay señales de ningún tipo. Creo que las señales que más me gustan son las que se dan en mis sueños. Sin importar que sea un mal augurio o me llene de amor, si es lo último mejor, claro. Me entrego a la energía, conecto fácil. Desearía no conectar tan fácil o aprender a desconectarme de un saque, de un raquetazo diríamos con Fabi.
Mi energía fluye / no canalizo
Me entrego
prefiero sentirlo
profundizo y me dejo caer
me rindo,
va a ser lo mejor.
No, no hay mensaje, ni señales
No hay invitación.
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