1.12.14

sutil

No recuerdo a dónde fui, ni cómo.
Recuerdo bien el paisaje, los olores, los sonidos,
pero soy incapaz de recordar el nombre de los lugares. 
Tampoco recuerdo el itinerario. Durante tres días fui al cine a diario y vi películas de la mañana a la noche. 

Me aseguraba que no había sido culpa mía, 
que no había sido culpa de nadie, 
que aquello era como la lluvia, que nadie pudo impedirlo.

¿Qué podía decirle? ¿de qué serviría?
yo no soy un recuerdo, 
soy ahora, 
ofreciéndole
 tan solo 
una revelación.

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