6.12.12
La flor artificial
Es la televisión por cable que me enfunda de noticias y las redes sociales hacen sus propios balances. Narciso debe morir y ha muerto y la lluvia que no cesa y el amor que pide que le afloje las cadenas y yo aprieto más y más y me duele el cuello, eslabones invisibles me dejan marcas en la piel, muerte por asfixia; pero mis ojos pueden verte caminando bajo el diluvio de un jueves ¿nos vimos un jueves alguna vez? sí, o eso añora el alma que juega con mis manos para que afloje las cadenas y caigo rendida al suelo y me acaricia la piel rígida por el frío de unas gotas que me desgarran - ¿las flores maldicen?, pregunto finalmente, es que todos estamos tan consumidos por el egoísmo, por el maltrato verbal de una sociedad espejo de otras sociedades que se pierde lo natural de la vida, un día paseando por un campo verde de esos que se compra el pasto por metro cuadrado nos vamos a encontrar con la sorpresa de ver florecer una hermosa flor artificial, de un color apagado, de un aroma fabricado y que jamás se va a marchitar, el mundo perfecto según la perversidad de algunos. Una risa penosa, un último suspiro genuino, hasta acá mis sueños.
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