Partiendo de lo evidente de la situación decidí emprender la búsqueda.
Hace una semana que me mantengo al margen de los latidos, la conversación y las explicaciones.
Esa persona que soy yo pero correcta sabe que esta postura es nada más que otro disfraz de cobardía. Suena bien y luce a medida, como casi todas la etapas.
Esa persona que soy yo pero sincera me cuenta con las dos manos (y no le alcanzan) todo lo que voy perdiendo.
Yo (el yo de la vida real) conozco mis limitaciones, mi cobardía y hasta dónde puede llegar la sinceridad (la que respecta a mi persona).
Sé que a veces tengo miedo y me confundo y en el intento por remediar la situación manía emprendo dicha búsqueda errónea y no hago otra cosa que mantenerme al margen de lo que realmente pueda llegar a venir.
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