Quisiera ser tu predilecta almohada

en donde de noche apoyas tus orejas para ser tu secreto y ser las rejas de tu sueño: dormida o desvelada. Ser tu puerta, tu luz cuando te alejas, alguien que no trató de ser amada. Huir de la ansiedad que está en mis quejas, poder a veces ser lo que soy, nada. No tener nunca miedo de perderte con variación y honda infidelidad, jamás llegar por nada a concederte la tediosa y fugaz fidelidad de los abandonados que prefieren morir por no sufrir, y que no mueren.

Silvina Ocampo.