- Escuchando mucha música, escuchando sin auriculares en la sien.
- Dejando de lado el colectivo, arriesgandome un poco más con el tren.
- Leyendo, tengo mucho por leer. También ver, un millón de películas por ver.
- La noche porteña, las tragedias románticas... dejando de lado un poco de todo eso.
- Saliendo con amigos, tomando un par de birras, hablando de la vida, riendonos de nada en particular.
Así estan trancurriendo mis días. Disfrutando la soledad de mi presente. Una soledad demasiado acompañada a decir verdad. Tomandome todo con más calma, las cosas van a estar mejor, ya no se puede estar peor.. Hoy fuí a ver a Fito Paez con una amiga. Casi que no voy en realidad, la modorra me invadía. Al final desistí y me di una escapadita. LLegamos al compás de Giros, con un ambiente lleno de gente tocó sus grandes clásicos. Mi amiga, que está con mal de amores, cantaba con doble sentido las canciones melosas ("cada vez que pienso en vos, fué amor, fué amor") yo por mi parte prestaba atención a canciones como dar es dar ("y no explicarle a nadie no hay nada que explicar", "es encontrar en alguien lo que nunca encontras"), al lado del camino ("nadie nos prometió un jardín de rosas, hablamos del peligro de estar vivos") y naturaleza sangre ("perdona mi amor por tanto dolor, a veces es difícil estar en mis zapatos"). Lo mejor vino casi al final cuando escucho un: "mirá dónde te vengo a encontrar"... era Alejo, que pese a que nos vemos muy poco, cada vez que lo hacemos lo sentimos de verdad. Nos abrazamos y nos quedamos así hasta que terminó el recital. Qué lindo que es. Somos tan parecidos, tenemos tantas cosas en común. Me encanta cuando salimos juntos, más que nada a escuchar alguna banda (eso es lo que más nos identifica: la música) ver a alguien que nos guste mucho, siempre agarrados de la mano y en alguna canción nos identificamos y automáticamente cruzamos miradas de complicidad. Es extraña y hermosa mi amistad con Alejo. Supimos ser algo así como muy importantes el uno con el otro, salvando las distancias que nos son precisamente largas. Al rato terminó el show, vino un nuevo abrazo final. Tren y a casa.
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