Rostros de vos
Tengo una soledad tan concurrida, tan llena de nostalgias y de rostros de vos. De adioses hace tiempo y besos bienvenidos, de primeras de cambio y de último vagón. Tengo una soledad tan concurrida que puedo organizarla como una procesión: por colores, tamaños y promesas, por época, por tacto y por sabor. Sin temblor de más, me abrazo a tus ausencias, que asisten y me asisten con mi rostro de vos. Estoy llena de sombras, de noches y deseos, de risas y de alguna maldición. Mis huéspedes concurren, concurren como sueños, con sus rencores nuevos y su falta de candor. Yo les pongo una escoba tras la puerta porque quiero estar sola con mi rostro de vos. Pero el rostro de vos mira a otra parte, con sus ojos de amor que ya no aman. Como víveres que buscan su hambre, miran y miran y apagan mi jornada.
Las paredes se van, queda la noche. Las nostalgias se van, no queda nada. Ya mi rostro de vos cierra los ojos y es una soledad tan desolada. 
No hay comentarios.:
Publicar un comentario